Extracto de la novela:
El agua estaba perfecta, ni demasiado caliente ni
exageradamente fría. Nadé durante un rato y después, como solía hacer en casa
de los Evans, me quedé allí flotando en el agua mientras me llevaba de un lado
a otro.
-
Veo que no soy el único que necesitaba tomar el aire.-
dijo una voz grave y masculina.
Me incorporé y me quedé allí mirando, casi embobada, a ese
hombre tan atractivo. Era alto, metro ochenta seguramente, moreno bien peinado,
ojos marrones, y bajo el esmoquin negro con camisa blanca que llevaba puesto,
se podía intuir un cuerpo impresionantemente bien esculpido en algún gimnasio.
-
Perdón, no quería asustarla.- dijo poniéndose en
cuclillas para hablar conmigo.
-
No esperaba que hubiera nadie por aquí.- dije
acercándome a él.
-
¿Estaba en la fiesta?
-
No, yo trabajo para la señora Pierce, en su casa. Es
uno de mis días libres pero no tenía gran cosa que hacer y me quedé aquí.
-
Me llamo Dean. Encantado.- dijo tendiéndome la mano
para saludarme.
-
Avery.
Cuando nuestras manos se tocaron fue como si sintiera una
descarga, se erizó todo mi cuerpo y no pude dejar de mirar sus ojos, era una
mirada tan penetrante.
Cuando nos soltamos la mano fui hacia la escalera, ya era
hora de volver a mi cuarto, y antes de que pudiera darme cuenta tenía a ese
adonis justo a mi lado, sosteniendo mi toalla para envolverme en ella.
-
Gracias.- dije mientras la ponía sobre mi cuerpo.
-
Es una lástima que no seas parte de la fiesta. Lo
habría pasado bien contigo.- dijo susurrándome cerca del cuello.
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